Durante el transcurso de una vida normal, la piel está expuesta a una serie de desafíos que pueden afectar la estructura, la función y la apariencia, entre ellos:
- Deterioro debido al envejecimiento normal, que contribuye a la pérdida de elasticidad y formación de arrugas.
- Exposición a los elementos, lo que lleva a la decoloración, sequedad y arrugas aceleradas.
- Agresiones químicas, incluida la exposición a productos de belleza y limpieza oxidantes (tintes para el cabello, jabones, detergentes, decolorantes).
- Lesión directa, como heridas y quemaduras.
Una nutrición balanceada es fundamental para mantener la salud en general. Como ya se ha demostrado, puede ayudar a prevenir enfermedad cardiovascular, diabetes, obesidad, algunos tipos de cáncer y muchas otras enfermedades. También el funcionamiento normal y la apariencia de la piel dependen de lo que se come y bebe.
Un de los micronutrientes importantes para mantener una salud de la piel es la vitamina C.

La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un nutriente esencial en la alimentación del ser humano, es decir, no puede ser sintetizado por los seres humanos y debe ser obtenido de la dieta.
La vitamina C tiene numerosas funciones en nuestro organismo. Pero también tiene un papel relevante en el cuidado de la piel.
La vitamina C es esencial para la producción de colágeno y elastina, sustancias que mantienen la integridad estructural de la piel y ayudando en la protección antioxidante contra el daño solar inducido por los rayos UV.
La piel se compone de dos capas principales con estructuras subyacentes bastante diferentes: la epidermis más externa y la dermis más profunda.
La epidermis cumple la mayoría de las funciones de barrera de la piel y está compuesta predominantemente por células, en su mayoría queratinocitos. La dermis tiene un grosor 100 veces mayor que la epidermis y está formada por una matriz densa de tejido conectivo, llamado matriz extracelular, que consta de colágeno, elastina y ácido hialurónico además de otros glucosaminoglicanos. Esta proteína estructural, el colágeno, compone el 80% de nuestra piel y es uno de los principales responsables de que luzca joven, tersa y sana.
La reducción gradual en los niveles de producción de esta proteína con la edad (y otros factores) hace que empiecen a manifestarse los primeros signos de envejecimiento en la superficie de la piel, como aspereza, sequedad, arrugas, flacidez facial o pérdida de volumen y densidad dérmica.

Se necesita vitamina C para la síntesis del colágeno, además de otros antioxidantes y péptidos que ayudan a mantener firme la dermis que es la capa de la piel que más se degrada con el paso del tiempo, ya que la perdida de colágeno y elastina afecta fundamentalmente en esta zona de la piel, lo que con el tiempo hace que aparezcan las arrugas en la misma
Las células de la piel de las personas ancianas contienen menos vitamina C que las células de la piel de la gente más joven. Los estudios que han evaluado el efecto de la suplementación de vitamina C en la piel han demostrado que una mayor ingesta de vitamina C se asocia con una mejor apariencia y un menor envejecimiento de la piel (menos prevalencia de arrugas, sequedad y atrofia de la piel), independientemente de los factores que se sabe que afectan el envejecimiento de la piel.
Además de esta función, también existe evidencia científica que sugiere que la vitamina C aumenta la proliferación y migración de fibroblastos dérmicos, unas células especializadas de nuestro cuerpo con funciones vitales para la cicatrización efectiva de heridas.
Nuestro organismo necesita unas cantidades diarias de vitamina C con la alimentación o a través de la suplementación para un correcto funcionamiento. De hecho, la deficiencia de vitamina C puede causar o agravar la aparición y el desarrollo de algunas enfermedades de la piel, como la dermatitis atópica y la porfiria cutánea tardía.

Se ha demostrado que los pacientes con cáncer tienen reservas muy bajas de vitamina C, que es esencial para la integridad estructural de la matriz intercelular. La degradación de la matriz extracelular se correlaciona con la agresividad del crecimiento tumoral y la invasividad de un cáncer. Se ha observado, por ejemplo, que altas dosis de vitamina C han reducido significativamente la viabilidad de las células cancerosas, así como su capacidad en la prevención de la invasión y metástasis del melanoma.
Las estrategias nutricionales sugieren los beneficios potenciales de una dieta rica en vitamina C como herramienta preventiva para pacientes con enfermedades de la piel. Así como para tener una mejora apariencia de nuestra piel, como arrugas o sequedad, así como prevenir los efectos del envejecimiento.

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El término «simbióticos» se refiere a los productos que contienen probióticos y prebióticos. En sentido estricto debería ser reservado a productos en los que el componente prebiótico selectivamente favorece al componente probiótico.
