Las proteínas, y más precisamente los aminoácidos, son tal vez los nutrientes más controvertidos respecto a la nutrición de los deportistas.
Contrario a lo que muchas personas puedan pensar, el tamaño del músculo no depende de una mayor ingestión de proteínas. Si la dieta contiene una adecuada cantidad de proteínas, el tamaño del músculo dependerá del entrenamiento específico (tanto en cantidad como en calidad) y del potencial genético de cada individuo.
No es raro escuchar que se recomienda incrementar el consumo de proteínas durante los períodos de entrenamiento o pre-competición, esta afirmación se realiza bajo el erróneo concepto de que para poder llevar a cabo la contracción muscular es necesario disponer de una mayor cantidad de proteínas.
Ahora bien, recordemos que la principal función de este grupo de macronutrientes es básicamente plástica (formación y reparación de tejidos) (más info pincha aquí) y en menor medida la energética (que la suelen realizar los hidratos de carbono y las grasas).

Al igual que con el resto de los macro y micronutrientes de la dieta de un deportista, la cantidad de proteínas requeridas para la actividad física dependerán del tipo, de la intensidad y de la frecuencia de la misma, así como también del aporte de los otros macronutrientes de la dieta.
Por ello, es importante tener en cuenta que:
-Las proteínas No ayudan a reponer los depósitos de glucógeno muscular postejercicio
-Las proteínas No son un nutriente que se pueda usar habitualmente como recurso energético durante la actividad física. Además, la producción estimada de glucosa usando las proteínas es baja tan solo 4 gr de glucosa/hora (vía ciclo de la glucosa-alanina). Si lo comparamos con la glucólisis (obtención de la energía a partir de la glucosa) anaeróbica (en ejercicios explosivos), que tiene una liberación de glucosa de 3 gr por minutos, pues la de las proteínas es poco rentable.

-El aumento de la ingesta proteica en el deportista suele darse en las comidas principales, y no se suele conceder la importancia a la calidad de esa misma proteína en el pre-postejercicio, por lo que el aprovechamiento es limitado, aunque se consuma en exceso.
-La ingesta proteica excesiva no permite tomar los hidratos de carbono adecuados para favorecer la recuperación del glucógeno muscular, lo que conduce a un mayor catabolismo (destrucción) proteico de esos mismos músculos a falta de depósitos de energía ( el glucógeno), aumenta la oxidación proteica y favorece un estado de acidez que puede limitar el rendimiento.

Por ello, si se desea ganar masa muscular, no solo hay que aumentar la ingesta de proteína (que dependerá del individuo, tipo de deporte, ingesta alimentaria total, etc.), además esta proteína debe de ser de calidad (más info aquí), acompañada de una alta carga de hidratos de carbono (más info aquí), control en la cantidad y calidad de las grasas (más info aquí) y un incremento adecuado de la ingesta de agua.







