
La raíz del jengibre se utiliza desde hace mucho tiempo en la medicina popular como condimento y medicamento beneficioso y eficaz.
En China, el jengibre se conoce al menos desde la dinastía Zhou (siglo XI a.C., año 221 a.C.). Dioscórides, el farmacólogo más conocido de la Antigüedad (siglo I d.C.), se refirió al jengibre en su obra más importante, la Materia Medica.
Tradicionalmente el jengibre se ha utilizado para tratar afecciones digestivas. El rizoma de jengibre tiene una diversidad de elementos bioactivos, incluidos gingeroles, shogaoles, zingibereno, zingerona y paradol, que pueden estimular las secreciones orales y gástricas, normalizar la motilidad gastrointestinal, comunicarse con los receptores 5HT3 y NK1 relacionados con el reflejo de las náuseas y la emesis resultante.
Por ello, también, es un remedio que puede ayudar a combatir las nauseas y los vómitos. Incluso los asociados a la quimioterapia o durante los primeros meses de embarazo.
Igualmente su poder antibacteriano resulta eficaz al prevenir numerosos problemas intestinales que se producen por alteraciones de la flora intestinal.
Bibliografía:
Borges, D. O., Freitas, K. A. B. D. S., Minicucci, E. M., & Popim, R. C. (2020). Benefits of ginger in the control of chemotherapy-induced nausea and vomiting. Revista Brasileira de Enfermagem, 73(2).
Salgado, F. (2011). El jengibre (Zingiber officinale). Revista internacional de acupuntura, 5(4), 167-173.
Sevilla- Quishpe, D. A. (2011). Las propiedades del jengibre y su utilización en la cocina. (Doctoral dissertation, UNIBE).
Siedentopp, U. (2008). El jengibre. Revista Internacional de Acupuntura, 2, 189.
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