Muchos son los mitos que en los últimos años azotan al consumo de soja, todavía no entiendo exactamente por qué, que si produce cáncer, que si disminuye la líbido, que si…
Si fuese cierto que el consumo de soja provoca cáncer tendríamos una alerta alimentaria al respecto, tal y como nos pasa con la acrilamida o las nitrosaminas.
Los grandes estudios sobre los efectos del consumo de soja y de salud cardiovascular precisamente muestran un efecto protector, no así por ejemplo el consumo de productos ultraprocesados o los productos ricos en azúcar, que no solo producen obesidad y aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, sino también de cáncer, y seguimos consumiéndolos con frecuencia y dándolos a nuestros hijos.

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Con respecto al cáncer el mito surgió por su contenido en isoflavonas, que son fitoestrógenos que actúan de manera similar a los estrógenos.
Los estudios muestran que una alimentación de por vida rica en alimentos de soja reduce el riesgo de tener cáncer mamario en las mujeres. Este efecto protector es menos radical en las mujeres que comen menos soja o que comienzan a comer soja más tarde en la vida. La soja contiene proteínas, isoflavonas y fibra, que proporcionan beneficios para la salud.

Tampoco hay problema en aquellas mujeres que toman tamoxifeno. El tamoxifeno y medicamentos similares se prescriben para algunas sobrevivientes de cáncer de mama porque pueden bloquear los efectos del estrógeno del cuerpo. De acuerdo con el estudio escrito por Zhang, comer soya no tuvo un impacto negativo en la efectividad del tamoxifeno.
Y con respecto a los hombres:
Los estudios clínicos no muestran efectos de la proteína de soja o las isoflavonas sobre la testosterona en los hombres.
Además, la evidencia de estudios observacionales muestra una asociación estadísticamente significativa entre el consumo de soja y la disminución del riesgo de cáncer de próstata.

Conclusión
Las investigaciones actuales evidencian que el consumo de soja es seguro y puede ser hasta beneficioso.
Tener en cuenta que los estudios nombrados aquí se refieren a un consumo moderado de soja y en población adulta.
Bibliografía:
Applegate, C. C., Rowles, J. L., Ranard, K. M., Jeon, S., & Erdman, J. W. (2018). Soy consumption and the risk of prostate cancer: An updated systematic review and meta-analysis. Nutrients, 10(1), 40.
Chen M, Rao Y, Zheng Y, et al. Association between Soy Isoflavone Intake and Breast Cancer Risk for Pre- and Post-Menopausal Women: A Meta-Analysis of Epidemiological Studies. PLoS ONE. 2014;9(2):1-10.
Collins K. Soy and Cancer: Myths and Misconceptions. AICR Blog. https://blog.aicr.org/2019/02/19/soy-and-cancer-myths-and-misconceptions/.
Hamilton-Reeves, J. M., Vazquez, G., Duval, S. J., Phipps, W. R., Kurzer, M. S., & Messina, M. J. (2010). Clinical studies show no effects of soy protein or isoflavones on reproductive hormones in men: results of a meta-analysis. Fertility and sterility, 94(3), 997-1007.
Zhang FF et al. Cancer, 2017 Jun 1;123(11):2070-2079. doi: 10.1002/cncr.30615.







